miércoles, 22 de octubre de 2014

Laura se fue, Laura no está...

Aiisss, estos finales. Mickey, ahora, es mi amigo con derecho a nada más que a charlarme. Qué final tan poco trágico para una historia tan poco romántica que ha durado tan poco y apenas había empezado. La cuestión es que esto me quita muchas posibilidades en lo que a anécdotas futuras se refiere. Tendré que buscarme a otro amigo con derecho a roce y qué difícil lo veo en Sosolandia!!!!. Supongo que es una de las razones por las cuales quiero salir de este sitio cuanto antes.

Aún no sé nada de Irlanda, pero nada de nada. Claro, es que estas fechas son muy malas... que es lo que me dirán seguro cuando les eche en cara esta falta de seriedad. Pero claro, todo lo que trate de soltar dinero siempre va como las tortugas -no sé si recordáis que Mafalda llamó a su tortuga Burocracia, no sabía na la cría- Así que, dada mi desesperación a la espera de noticias, porque odio esperar noticias, he tomado una decisión importante y es que, digan lo que me digan, me voy a ir para allá. Si me dicen que sí, pues perfecto, y si no, pues me buscaré la vida y partiré a la aventura con mi escoba.
Que hablando de mi escoba, está un poco asustada. Lleva dos días escondida dentro del armario. No sé si es que pretende salir de él como una revelación de su condición o simplemente es que las dos maletas que pretendo llevarme para allá la tienen acojonada.
-Pero mujer, si tienen ruedas -le digo yo con toda la paciencia, pero nada, ella que no quiere salir. Tendré que tentarla con algunas hojas muertas que son su plato preferido. Si queréis un consejo, nunca compréis una escoba en una tienda de aspiradoras, tienden a sufrir graves complejos de inseguridad y luego pasa lo que pasa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario